Zz Top 1 Rock Fest 2019

Crónica realizada por Antxoa.

Arrancaba la segunda jornada del festival y en esta ocasión había más solapes, jornada maratoniana (y hay que alimentarse y descansar un poco), por lo que nos quedamos sin ver a Candlemass, Powerwolf, Michael Schenker Fest y Napalm Death (Nota personal: Antxoa, imperdonable!).

Mención aparte para los alemanes Böhse Onkelz, que escuchaba desde la lejanía de la grada y que sufrieron los mayores problemas de sonido de todo el festival: micro-cortes de sonido durante todo el concierto y un apagón de 5 min. de reloj.

Beast in Black

Bajo un sol de justicia y un calor abrasador, los hombres de negro aparecían sobre el escenario a las 14:30h. y pese a las condiciones climatológicas y la hora intempestiva del primer concierto, había una respetable cantidad de público.

Los Beast in Black tienen mucho tirón, pese a ser un grupo muy joven en todos los sentidos. Con ellos no hay término medio: o los amas o los odias, pero no dejan indiferentes a nadie. La mejor definición que se puede hacer sobre ellos es que son un cruce entre Judas Priest y Abba. Tal cual.

Los sintetizadores ochenteros y los estribillos mezclan un Heavy Metal tradicional con música sinfónica y pop sintetizado, que se alternan y funden en un power metal facilón. ¿Pero sabéis qué? Personalmente me encantan y vista la cantidad de público (joven y no tan joven) que estaba pasándoselo teta con ellos, no debo de ser la única.

Lo que es inexplicable es por qué no contratan a un teclista para los conciertos, ya que desluce muchísimo escuchar tanto pre-grabado, en muchas canciones tiene un papel protagonista y tocado en vivo quedaría mucho mejor.

Es la tercera vez que los veo y quizás a nivel vocal, el día que he visto flojear un poco a Yannis Papadopoulos, sobre todo al inicio del concierto. Por lo demás, una fiesta perfecta.

Thunder

Tremendo bolazo el que se marcaron los ingleses. Se presentaron con una escenografía de lo más espartana, tan solo un telón con el nombre del grupo bien grande, pero no necesitaron más.

Danny Bowes, ataviado con una camisa hawaiana, estuvo perfecto en las voces y el resto del grupo muy sólido.

El concierto pasó como un suspiro y nos quedamos con ganas de mucho más.

Rage & Barcelona Rock Orchestra

Y llegó el turno a uno de los caramelos del festival. Rage venía a tocar su disco XIII con orquesta sinfónica. En este caso, la Barcelona Rock Orchestra a la que ya pudimos ver y disfrutar acompañando a Sober el año pasado.

Fue una maravilla, no tengo más que decir. Supongo que dependerá del gusto de cada uno, pero a mí me pones una orquesta sinfónica con algo y todo mejora. El trabajo de la banda y de la orquesta rayó a un nivel altísimo.

Había gente que se estaba quejando de la hora del concierto, que si hubiera estado mejor de noche, etc. pero eso lo escuché en todos y cada uno de los conciertos “diurnos”.

Ya lo hice en instagram, pero lo repetiré aquí. Ya que el año que viene está confirmado Accept y éstos han estado haciendo conciertos con orquesta… blanco y en botella. Organización del Rock Fest, por favor, a Accept les vemos año sí y año también, no quiero ver el mismo show una y otra vez… lo tenéis a huevo para hacer un concierto épico, hasta os doy los titulares hechos:

  • “Accept y la Barcelona Rock Orchestra unirán fuerzas en un concierto épico”
  • “Accept por primera vez en España con Orquesta Sinfónica, en exclusiva para el Rock Fest”
  • “Accept junto a la Barcelona Rock Orchestra, cabeza de cartel del Rock Fest”

¿suena bien, verdad? Pues ojalá se haga realidad.

King King

Sólo me asomé a verles media canción, tenía curiosidad por escuchar cómo sonaban y pintaba bien. Una pena no haberles podido escuchar, pero Rage en el escenario principal me llamaban demasiado.

Turilli/Lione Rhapsody

Cambio de tercio para recibir a la enésima versión de los Rhapsody. En realidad son los Rhapsody de toda la vida salvo por dos detalles:

1) No está el teclista y padre del 50% de las composiciones clásicas, Alex Staropoli (el cual sigue bajo el otro nombre de Rhapsody, con miembros nuevos y tocando lo de siempre).

2) Han cambiado los dragones y mazmorras por temas futuristas (aunque también tocan lo de siempre).

Siempre me hace ilusión ver a Rhapsody, la versión que sea, puesto que gracias a este grupo, en especial a su disco Dawn of Victory que descubrí varios años después de su lanzamiento, le entré al Heavy Metal. Siempre que lo recuerdo hay gente que se mofa de mi entrada tan poco “glamurosa”, pero es lo que hay.  Eso no quita para poder ser objetiva y decir bien claro que vaya mierda de concierto hicieron. A ver, por dónde empiezo que tengo para todo.

Por un lado la mayor parte de la música es pre-grabada: mucho coro, mucha orquesta enlatada e incluso en una de las nuevas canciones, a dúo con la cantante de Amaranthe, básicamente pincharon el cd y hale, a mezclar con el sonido en directo. Un batiburrillo de sonidos horrible, muchas canciones me costaba reconocerlas de inicio. Peor sonido enlatado ever.

Por otro lado, si la base de tu música son los teclados… pues contrata a alguien para que toque en directo (el mismo recado de antes a los Beast in Black). Esto ya me lo esperaba, en la gira de “despedida” del Rhapsody clásico sin Staropoli tampoco llevaron teclista (con un par…).

Y por último, mucho “Renacer y Evolución” que llaman al nuevo disco/etapa, pero si no es por las canciones clásicas no levantan el concierto. Concierto perfecto para echar una siesta. Con tapones.

Obús

Lo escuché de fondo mientras descansaba a la sombra y me sonó convincente. Fortu a tope, no esperaba menos.

Entombed AD

Como este año los grupos se han repartido en 4 días, ha habido muchos menos solapes, pero uno de los más dolorosos para mí ha sido el de Entombed AD con Gamma Ray. La organización decidió adelantar unos minutos el comienzo de los primeros y de esa manera pude verles unas cuantas canciones.

En esta ocasión el concierto se celebraba en el escenario-carpa donde se pasa bastante calor a pesar de los ventiladores de agua. Poquito la he pisado esta edición.

Qué decir del señor Lars y su comitiva. Frenéticos, enérgicos, sin dar tregua… la bomba. Sin ser un estilo que me guste demasiado, me hubiera podido quedar tranquilamente todo el concierto porque la energía que contagiaban te atrapaba y solo querías dar saltos y mover la cabeza (luego ya del dolor de cervicales hablamos otro día).

Gamma Ray estaba empezando y lamentablemente quería verles también así que con mucho pesar me tuve que despedir.

Gamma Ray

Y con la primera canción empezada, llegué al escenario a ver a Kai Hansen y los suyos. Con todo el revuelo de la reunión de Helloween (el año pasado dieron si no el mejor, uno de los mejores conciertos de todo el festival) y los años anteriores con Unisonic de Kiske, daba la sensación de que Hansen tenía bastante aparcado a Gamma Ray y la gente tenía ganas de ellos. Imagino que su idea será estar de gira siempre, si no es con unos, con los otros.

Uno a uno iban sonando sus grandes éxitos y las voces se iban alternando entre el propio Hansen y Frank Beck. No me convencieron ninguno de los dos, me dejaron un poco fría. Son temas que has escuchado mil veces, que están sonando musicalmente bien pero vocalmente no te dicen nada.

Me dieron tentaciones de volver a la carpa de Entombed pero para cuando me quise decidir, éstos ya habían terminado, así que a seguir haciendo coros.

ZZ Top

El plato fuerte del día eran unos ZZ Top que venían a celebrar su 50 aniversario sobre los escenarios, casi nada. Recuerdo en su día, cuando se anunciaron como cabeza de cartel, que mucha gente en redes sociales decía que no era un grupo que “pegase” con la línea de estilos del festival, que no lo veían, etc. A mí me parecían perfectos y había mucha gente viendo y disfrutando del concierto por lo que creo que salimos ganando.

Sobre Gibbons, Hill y Beard poco puedo decir que no se haya dicho ya en estos 50 años. Salen a escena, se divierten, bailan un poco, tocan de maravilla y cantan lo que todo el mundo quiere oír. Es muy hipnótico todo. Con las primeras notas tu cuerpo ya se pone en acción y no puedes dejar de moverte, al ritmo que marcan los texanos.

Interactúan lo mínimo con el público, acaban su setlist, dan un bis y se van sin despedirse. No miden su actuación en tiempo sino en canciones. Si las tocan en una hora y quince minutos, pues eso dura el concierto. Da igual que en horario del festival ponga que su concierto es de 90 minutos. Ellos marcan su ritmo.

Como ya iba avisada (en el Azkena Rock de hace años hicieron más o menos lo mismo), no me pilló por sorpresa, pero la mayoría de la gente se quedó ahí, mirando hacia el escenario, mirando el reloj y con cara perpleja sin entender por qué habían terminado antes de la hora.